La Unidad
Educativa Arquidiocesana “Monseñor Olegario Villalobos” se inició gracias a
Monseñor Domingo Roa Pérez, que hizo posible el sueño de muchas madres de
familias y niños de escasos recursos, los cuales anhelaban una educación
completa para sus hijos, y fue así como un día, Monseñor Domingo Pérez decidió
crear una escuela Arquidiocesana en la avenida principal de un barrio llamado
Torito Fernández, el cual se estaba iniciando y por lo tanto no contaba con los
servicios públicos.
En sus
comienzos se inició con seis jóvenes maestras, Ángela León, Zulaida Arabia, Jacquelin Macias, Marisela
Elettini, Perla Toledo y Violeta Pérez. Las cuales ya habían visitado el
barrio, y para octubre de 1983, ellas mismas informaron a la comunidad la
existencia de la nueva escuela, y como nadie había ido a inscribir a algún
alumnos, las maestras pasaron casa por casa para inscribir niños para 1er y
2ndo grado, se inscribieron niños de edades avanzadas, debido a que nunca antes
habían podido cursar ni siquiera el primer grado, hasta que se llenó la matrícula
para dos turnos con 3 secciones para primer grado en el turno de la mañana y
dos secciones para el turno de la tarde, en contraste solo se matricularon
niños para llenar un solo segundo grado en el turno de la mañana.
Para ese
momento la escuela no se había terminado totalmente, por lo que las maestras
daban clases en un galpón, que se encontraba en el mismo lugar. Cabe señalar
que debido a la juventud de las maestras nadie las tomaba en serio, los
delincuentes las molestaban, en ocasiones las asaltaban y trataban de impedir
que trabajaran normalmente.
Para llegar a
la escuela se cruzaban cañadas, calles de arena y barro, debido a que la
escuela no tenía vías de accesos en buen estado. La escuela estaba situada en un amplio
terreno donde existía un galpón. Al inicio de las clases no se pensó que la
escuela estaba inscrita en el ministerio de educación, por tanto los
representantes y alumnos debían ser informados constantemente de cómo debería
ser su conducta y vestimenta dentro del recinto escolar, para que lograran
entender que no se trataba de una escuelita más sino que era una institución
legalmente establecida.
El primer año
escolar se inició sin pupitres, sin ventiladores, ni agua, ni sanitarios, ni
cafetín y a la hora del recreo se llevaba a los niños a una pequeña tienda que
había cerca de la escuela, sin embargo pese a todos estos contratiempos, se
trabajó en horario normal, a pesar que tampoco se contaba con más personal que
las seis maestras y una señora para la limpieza.
Poco a poco se
fueron solventando los problemas, se construyeron las salas sanitarias, se
adquirieron pupitres y ventiladores.
La comunidad
poco a poco fue participando en las actividades de la escuela. Esta
participación se inició cuando se celebró la fiesta del día de las madres en el
galpón, que hoy es una carpintería, allí las madres jugaron, bailaron, rieron y
esto ayudo mucho a que comenzara la relación de la escuela con la comunidad.
Luego de cierto
tiempo llegó el primer director de la escuela el señor Leandro León. Al inicio
del segundo año escolar 1984-1985, ingresaron nuevos maestros, y se comenzaron
a construir nuevas aulas. Entre los maestros nuevos estaban Venancio Chacín,
Rosalba Elettinni, Yamili Palencia, Albenis Villegas, Katherine Ferrebús, Milagros Martínez, Carmen Terresa Skinner... Más tarde
llegaron las religiosas Dominicas de Nuestra Señora de Nazaret en 1985, las
hermanas Inés Pedroza, María de la Cruz
y Elvira Caballero, las cuales construyeron una casa al lado de la
escuela, contribuyendo grandemente al desarrollo de la misma.
Hoy en día la
escuela es un sitio de trabajo agradable, ha cambiado mucho gracias al
esfuerzo de Monseñor
Roa, las hermanas, los maestros,
profesores y toda la comunidad, aunque todavía puede seguir cambiando si todas
las personas que tienen que ver de una u otra forma con la escuela se
involucren cada vez más en la búsqueda de ofrecer una educación integral que
forme a ciudadanos cada vez más responsables lo que conllevará a tener familias
más sólidas y una mejor sociedad.
Unidad Educativa Arquidiocesana
Monseñor Olegario Villalobos
Avenida 111ª, número 79F-295
Barrio Torito Fernández, Parroquia Antonio Borjas Romero, Municipio Maracaibo, Estado
Zulia.
Pertenece al Municipio Escolar
Maracaibo Nº 6 y está inscrito en el Ministerio
del Poder Popular para la Educación.
I.
Educación
Inicial.
2 salas de 4 años y 2 salas de 5
años
II.
Educación
primaria.
Desde 1ero hasta sexto grado 3
(tres) secciones cada grado
III.
Bachillerato.
Desde 7mo hasta 5to año 2 (dos)
secciones en cada grado.
IV.
Sexto Año. (Mención: Técnico profesional en
servicios
Administrativos mención: contabilidad) 1 (una) sección.

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